Metal Colombiano

Cuando pensamos un nombre para nuestra banda, una banda que había estado madurando en nuestros corazones desde que éramos niños y no nos sentíamos completamente identificados con ninguno de los grupos, lo primero que se nos vino a la mente es que definitivamente no queríamos decir nada. No queríamos deberle nada a nadie, no teníamos nada que declarar. No porque no tuviéramos nada que decir, sino porque no sentíamos ningún cariño particular por ninguno de los discursos que se instalaban cómodamente en las líricas metaleras de los noventas. No queríamos hablar de la muerte, no queríamos hablar del amor, no queríamos hablar de la iglesia, y no queríamos hablar de la guerra. En cualquiera de estos casos, la actitud tendría que ser condescendiente. El amor, la guerra, la violencia, la iglesia y la muerte son sólo relaciones que escogemos y constantemente reinterpretamos. Las identidades fijas y homogéneas son un peligro. Las totalizaciones son monstruosas. La historia lo ha demostrado. Una cosa era clara, no tendríamos más política que la posibilidad de construirnos y destruirnos constantemente. El derecho auto declarado a contradecirnos. Así fue como nació Antiedipo, una canción que se ubicaba entre la reticencia a ubicar todo dolor en la herida de papá y mamá (esa mala manía de ubicar la culpa en el lugar de los padres) y al mismo tiempo encontrarse en la constante contradicción de escoger otros papás y mamás, nuestros filósofos, escritores, artistas y músicos favoritos en orden de poder crear, cuando crear es un acto libre y liberador cuyo efecto principal es derribar estructuras. De alguna manera Antiedipo marcó la pauta para lo que pasaría de ahí en adelante con las letras. Estas serían escritas en una especie de juego de roles constante que ha sido el método de escritura hasta el día de hoy. En la mayoría de las letras, y esto se da en gran parte por la contraposición entre las voces limpias y guturales, se trata de elaborar diálogos o historias escritas en contrapunto, intentando que en lo posible hubera hasta tres voces, aunque la mayoría de veces sólo van dos.



Century dream body, Antioedipus, beautiful desease, Overdose of nothingness, Camera doll, Spleen, Little sky masturbator, Big o blah', Bleeding halo, madman's ship, Disobedience, Bring out the dead, Hysterical pussy, Cancer, Zoomadre, A killer's diary, Black November y nuestro próximo estreno Fractal flesh, no son más que el resultado de un perverso juego de roles. El mismo perverso juego de roles que es nuestro proceso de composición.


BIENVENIDOS A FRACTAL FLESH!